Apartamento de estilo minimalista mediterráneo en el que predominan los tonos cálidos y las texturas naturales.
En este proyecto, me inspiro en la belleza y la simplicidad de la arquitectura mediterránea, que se caracteriza por la luz, la claridad y el uso de materiales naturales como la madera.
En el apartamento, se combina una paleta de colores cálidos y suaves como el beige, el blanco roto y el marrón claro, que se complementan con detalles en tonos tierra y toques de verde para aportar frescura. Estos colores se combinan con texturas naturales como la madera, presente en el suelo, las puertas y algunos muebles, y la piedra de la cocina.
El resultado es un ambiente acogedor y relajado, donde la luz natural juega un papel fundamental. Se crea una distribución diáfana y funcional, que maximiza la luminosidad y la sensación de amplitud en cada estancia. Los muebles y la decoración son sencillos y elegantes, sin sobrecargar el espacio.
